Liderazgo

Semana 5
LA LEY DE E. F. HUTTON O DE LA
CREDIBILIDAD
CUANDO EL VERDADERO LÍDER HABLA,
LA GENTE ESCUCHA
Una vez aprenda la ley de E. F. Hutton, nunca tendrá problemas para determinar en casi cualquier situación quién es realmente el líder… Vaya a una reunión con un grupo de personas con quienes nunca antes haya estado y obsérvelos por cinco minutos…
Cuando alguien formula una pregunta, ¿a quién mira la gente [en espera de una respuesta]? ¿A quién esperan oír? La persona a la cual miran es el verdadero líder…
La gente atiende a lo que alguien tiene que decir, no necesariamente debido a la verdad comunicada en el mensaje, sino debido al respeto que sienten por el que habla…
Cuando Martín Luther King vivía… sin importar cuándo ni dónde hablaba, la gente— blancos y negros—todos lo escuchaban. Actualmente Billy Graham recibe un respeto similar debido a su incuestionable integridad y vida de servicio. Por casi cincuenta años su consejo ha sido atendido por líderes mundiales…
Cuando se trata de identificar al líder verdadero… la prueba del liderazgo se encuentra en los seguidores… Cuando el verdadero líder habla, la gente escucha.
DE «LA LEY DE E. F. HUTTON O DE LA CREDIBILIDAD» EN
21 Leyes Irrefutables del Liderazgo.
Día 1
Samuel
y la
Ley de E. F. Hutton
PENSAMIENTO SOBRE LIDERAZGO PARA HOY:
Los líderes se ganan el derecho de ser escuchados.
Lecturas bíblicas
1 Samuel 1.8–28; 3.1–21; 7.2–15; 8.1–4; 10.1; 12.1–25; 13:1–5
Como cualquier otro líder, Samuel no comenzó su vida como un E. F. Hutton. Su capacidad de hablar e influir en la vida de los demás creció y se desarrolló a lo largo del tiempo. Pero comenzó excepcionalmente temprano. La gente empezó a escucharlo cuando todavía era un niño. Y una vez se estableció como una voz con autoridad, retuvo ese nivel de influencia toda la vida.
Samuel fue especial desde su nacimiento porque nació en respuesta a la oración.
Cuando aún era muy niño, estuvo bajo el cuidado de Elí, el sumo sacerdote y juez de Israel.
El primer relato que tenemos, en que habla como E. F. Hutton, ocurrió cuando Samuel le comunicó a Elí la profecía que había recibido acerca de la familia del sumo sacerdote.
Mientras Samuel crecía y su autoridad aumentaba. La Biblia nos dice: «Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras» (1 Samuel 3.19).
LIDERAZGO AL NIVEL MÁS ELEVADO
El nivel de influencia de Samuel sobre la gente continuó creciendo a lo largo de su vida.
Como profeta, lo respetaban porque hablaba de parte de Dios. Pero con el tiempo, Samuel también llegó a ser juez de Israel, posición similar a la de un rey. Era el líder civil y militar de la nación. Leemos en 1 Samuel 7:15: «Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió». Esto puso a Samuel en una posición verdaderamente única. Antes de Cristo, Samuel es la única persona que ejerció los oficios de profeta, sacerdote y rey. No es de extrañarse que la gente lo escuchara y siguiera su liderazgo.
Debido a que Samuel tenía unos oficios tan bien establecidos, uno podría sentirse tentado a pensar que la gente lo escuchaba solo a causa de su posición. Pero, a pesar de sus impresionantes títulos, su liderazgo no era posicional. Sin duda era un E. F. Hutton. Puede asegurarse de esto al observar los hechos que siguieron a la única vez que el pueblo no lo escuchó: cuando le pidieron rey.
Dios dio a Samuel la autoridad de ungir un rey para Israel. En obediencia a Dios, Samuel puso a Saúl en el trono, y de ese modo lo reemplazó como líder civil y militar. Pero aun cuando Samuel no estaba en el trono, el pueblo siguió escuchándolo y reconocían su voz como la del líder. Cuando hablaba, todos escuchaban: el común del pueblo y los profetas, líderes y seguidores, campesinos y reyes. Cuando convocó a los guerreros de Israel para la batalla, estos pelearon. Cuando llamó al pueblo de Dios al arrepentimiento, se arrepintieron. Cuando llamó a un rey para que se presentara, el rey vino. Fue el hombre de mayor influencia en su generación. Cuando murió, el pueblo lo lamentó 1 Samuel 25.1). Sabían que habían perdido a un verdadero líder y un gran hombre de Dios.

PREGUNTA DE REFLEXIÓN PARA HOY:
¿Alguien le está escuchando?

Día 2
PENSAMIENTO SOBRE LIDERAZGO PARA HOY:
Los líderes deben escuchar a Dios antes de pedir a otros que los escuchen.

Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha, oh Israel; hoy has venido a ser pueblo de Jehová tu Dios. Oirás, pues, la voz de Jehová tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy (Deuteronomio 27.9–10).
¿Qué inició a Samuel en el camino del gran liderazgo? ¿Hubo algún momento cuando la semilla del liderazgo fue sembrada en su vida, dándole esperanza para ser una influencia positiva sobre los demás? Creo que sí. Stephen R. Covey dice: «Porque oyes, te haces influenciable; ser influenciable es la clave para influir en los demás». El punto crucial para Samuel ocurrió cuando era niño, cuando abrió su corazón a Dios y decidió ponerse bajo su influencia.
CÓMO HACER A UN E. F. HUTTON
Podemos aprender mucho de Samuel, y cómo estar en posición de oír la voz de Dios es una de esas lecciones. Al observar lo que ocurrió en el encuentro de Samuel con Dios, vemos tres cosas. Samuel asumió…
1. LA PRÁCTICA ADECUADA
Antes que Dios le hablara, Samuel estaba haciendo lo recto delante de los ojos de Dios.
Las Escrituras relatan: «Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová« (1 Samuel 2:18) y prosigue: «Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres» (1 Samuel 2:26). Dios lo bendijo por su obediencia.
«Porque oyes, te haces influenciable; ser influenciable es la clave para influir en los demás». —Stephen R. Covey
Como líder, nunca deje de hacer lo recto delante de los ojos de Dios, no importa lo que requieran sus otras responsabilidades.
2. LA POSTURA CORRECTA
Una vez oí decir que alguien le preguntó a Juana de Arco por qué Dios le hablaba solo a ella. Se dice que ella respondió: «Señor, usted se equivoca. Dios les habla a todos. Yo solo escucho».
Una postura correcta de callar y oír es esencial para aprender a reconocer la voz de Dios:
He aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado… lo oyó Elías (1 Reyes 19.11–13).
Cuando Dios le habló a Samuel, era un niño acostado en silencio en medio de la noche.
Aun entonces, Samuel no reconoció al principio que la voz pertenecía a Dios. Necesitaba el consejo y la sabiduría de su experimentado mentor, Elí, para comprender quién se comunicaba con él. Pero basándonos en las frecuentes ocasiones en que Samuel oyó la voz de Dios como adulto, es claro que aprendió a identificar, escuchar y obedecer la voz de Dios.
Los líderes suelen ser personas muy ocupadas. Pueden verse fácilmente atrapados en la actividad de sus obligaciones. Si usted es un líder, esa es la razón por la que es importante apartar tiempo para callar y escuchar las instrucciones de Dios. Mi amigo Bill Hybels afirma: «Los líderes necesitan pedirle a Dios que les dé el oído de Samuel».
3. EL LUGAR DEL PROFETA
La Biblia dice que cuando Samuel escuchó la voz de Dios por primera vez, «estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios» (1 Samuel 3:3). Era un buen lugar para estar, pues esa ubicación era la más cercana a la presencia Dios que una persona podía tener en aquellos días, a menos que fuera el sumo sacerdote que entraba al lugar santísimo una vez al año.
Cada líder debe estar cerca de Dios. Eso no significa que debe estar en un culto formal.
Solo significa que necesita tener una actitud de adoración dondequiera que esté. Es una postura del corazón.
Esa lección la aprendí en la universidad, y la llevé conmigo al ministerio. Cuando asistía al Circleville Bible College, solía ir a una casa abandonada al término de mis clases y pasaba un tiempo con Dios cada tarde. Era mi lugar especial para relacionarme con él.
Desde entonces, he tenido siempre un lugar especial que visito para escuchar a Dios. En Hillham, Indiana, durante mi primer pastorado, era una roca gigantesca en el bosque detrás de nuestra casa. En Lancaster, Ohio, era la montaña Rising Park. En la iglesia Skyline de San Diego, era la parte alta del viejo santuario. Hoy día, es una silla especial acojinada en la oficina de mi casa donde me siento con frecuencia para conectarme con Dios. Cuando el Señor me despierta en medio de la noche, salgo del dormitorio para no despertar a Margaret, mi esposa, y bajo a sentarme en esa silla.
Si quiere convertirse en una persona a la que los demás escuchan, familiarícese con Dios. Conéctese con él en forma coherente, y crecerán las posibilidades de conectarse con los demás.
PREGUNTA DE REFLEXIÓN PARA HOY:
¿Dedica tiempo suficiente para escuchar a Dios?

Día 3
PENSAMIENTO SOBRE LIDERAZGO PARA HOY:
El impacto de la voz se determina por la influencia del líder.

Los labios del justo apacientan a muchos (Proverbios 10.21).
¿Cuál es la medida más grande de un E. F. Hutton? La respuesta es: la habilidad de guiar a otros líderes. Ese es el trabajo más arduo de cualquier líder pues a la mayoría de los líderes no le gusta que los dirijan. Quieren andar en su propio camino, y no caer dentro de los límites de otro líder.
¿Cuál es la medida más grande de un E. F. Hutton? La respuesta es: la habilidad de guiar a otros líderes…
CUANDO SAMUEL HABLÓ…
Samuel era líder de líderes. Desplegó su influencia sobre nobles y ancianos de Israel.
Además exhibió su influencia con el líder más alto, el rey. ¿Qué hacía que la gente quisiera escuchar a Samuel? Lo escuchaban porque…
1. SAMUEL ESTABA SEGURO DE SU LLAMADO
Es más probable que la gente escuche a un líder confiado y seguro. Samuel nunca dudó de su valor ni de su llamado divino. Aunque designó y ungió a Saúl, nunca se sintió intimidado por él, por su posición, su poder, su hermosa apariencia ni su estatura. Samuel no se intimidó cuando Saúl se convirtió en un poderoso guerrero. Cuando Saúl no quiso matar al rey Agag como Dios se lo había ordenado, Samuel mismo lo ejecutó 1 Samuel 15.33).
2. SAMUEL ESTABA DISPUESTO A COMPARTIR SU AUTORIDAD
Como juez de Israel, Samuel era el líder más visible, sin embargo, entregó su autoridad civil y militar a Saúl cuando Dios le ordenó hacerlo. Honró a Saúl públicamente, reservándole comida especial y un lugar exclusivo en la mesa (1 Samuel 9.22–24). Samuel practicó un principio de liderazgo que mi amigo Bill McCartney expresa muy bien: «No estamos aquí para competir entre nosotros, sino para complementarnos».
3. SAMUEL DESEABA AYUDAR A OTROS EN EL DESARROLLO DE SU POTENCIAL
Aunque Samuel reconocía que la petición de un rey por parte del pueblo era una señal de desobediencia a Dios y que estaban exponiéndose a un desastre, trató de dar el mejor consejo al pueblo y procuró que Saúl fuese un rey con éxito. Vio el potencial de Saúl y lo animó. Samuel dijo al nuevo líder: «Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo» (1 Samuel 10.6–7). Samuel trató de convertir a Saúl en el líder espiritual que Dios lo había llamado a ser.
4. SAMUEL HABLÓ LA VERDAD EN LA VIDA DEL PUEBLO
Samuel nunca vaciló en hablar la verdad con amor a quienquiera que necesitara oírla.
Cuando el pueblo pidió rey, les dijo cómo los trataría (1 Samuel 8.10–18). Cuando Saúl se puso impaciente y ofreció un sacrificio en vez de esperar como se le había ordenado, Samuel le dijo que había actuado neciamente (1 Samuel 13.13). Y cuando Saúl desobedeció el mandato de Dios de destruir a los amalecitas, Samuel le pidió cuentas e informó a Saúl que Dios lo había rechazado como rey (1 Samuel 15.10–29). Samuel nunca habló por animosidad ni superioridad, pero tampoco se apartó de la verdad.
5. SAMUEL TENÍA UN CORAZÓN PARA DIOS Y PARA EL PUEBLO
Samuel deseaba genuinamente lo mejor para todo el pueblo y trató de dirigirlos de modo que disfrutaran de la bendición de Dios. Ese deseo se extendió a Saúl, el reemplazo de Samuel como líder de la nación. Y aun después que lo denunció, Samuel lloraba por Saúl 1 Samuel 15.35). Todavía tenía un corazón para Saúl y para el pueblo.
A fin de cuentas los líderes que la gente escucha con más atención son los que tienen como objetivo el mejor interés del pueblo, y no el suyo. Eso es lo que se requiere para ser un E. F. Hutton.
PREGUNTA DE REFLEXIÓN PARA HOY:
¿Por qué la gente debe oírle a usted?


Día 4
PENSAMIENTO SOBRE LIDERAZGO PARA HOY:
El carácter del líder acentúa el contenido del mensaje.

O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol… Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas (Mateo 12.33–35).
Nunca encontrará discrepancia entre las palabras y las acciones de un E. F. Hutton. Los grandes líderes tienen integridad. Cualquier persona que muestre incoherencia de carácter no permanecerá como una voz de influencia en las vidas de otros. Cuando observa la vida de Samuel, usted ve esa coherencia. Dos cosas surgen resplandecientes: carácter y competencia. Vivió según sus valores y practicó un sólido liderazgo sin vacilaciones. Y como resultado, el pueblo lo escuchó. Nunca encontrará discrepancia entre las palabras y las acciones de un E. F. Hutton. Los grandes líderes tienen integridad.
CÓMO GANAR CREDIBILIDAD
Si usted desea ser un E. F. Hutton, primero verifique sus motivos y asegúrese que su deseo no está bajo el impulso del ego o el anhelo de ganancias personales. Luego reconozca que lo siguiente debe estar presente en su mensaje para que tenga credibilidad:
1. PRIMERO DEBE VIVIR SU MENSAJE
La eficacia de su mensaje radica más en el carácter del mensajero que en el contenido del mismo. O como lo expresa el antiguo dicho: «Tu carácter habla tan fuerte que no puedo oír tus palabras».
La gente escuchaba a Samuel porque demostró con su vida todo lo que les pidió a los demás que hicieran. Por eso estaba en condiciones de decir esto al pueblo en la coronación de Saúl:
Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y lleno de canas; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día. Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré. Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre. Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es testigo en este día, que no habéis hallado cosa alguna en mi mano. Y ellos respondieron: Así es (1 Samuel 12.2–5).
2. DEBE SER MÁS QUE UN MENSAJERO
Para que todo lo que diga se conecte con otros, el mensaje debe tener un pedacito de usted. No puede dar nada sin antes haberle puesto su corazón. Como profeta, Samuel era mensajero de Dios. Pero era mucho más que eso. Al igual que David, Samuel verdaderamente tenía un corazón para Dios. Los deseos de Dios eran sus deseos.
Al hablarle a la gente, hágalo con pasión. La convicción de su mensaje debe ser obvio en sus palabras y en su vida.
3. SU MENSAJE TIENE QUE SER MÁS QUE SOLO ESO
Una razón por la que la gente escucha a un E. F. Hutton es que sus palabras llevan un mensaje con el potencial de cambiar vidas. No son solo comunicaciones que perpetúan el
status quo.
Las palabras de Samuel solían tener ese peso. Escuchemos el consejo que dio al pueblo cuando se preparaban para recibir al nuevo rey:
Si temiereis a Jehová y le sirviereis, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros servís a Jehová vuestro Dios, haréis bien. Mas si no oyereis la voz de Jehová, y si fuereis rebeldes a las palabras de Jehová, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo contra vuestros padres (1 Samuel 12.14–15).
Este mensaje de Samuel tenía el potencial de cambiar la vida de cada persona que lo oyera. Además contenía la verdad que podía cambiar el curso de la historia de la nación.
Aunque el pueblo oyó el mensaje de Samuel, no tenían el carácter para obedecerle a largo plazo.
4. USTED DEBE TENER INTERÉS EN EL RESULTADO
La gente puede notar la diferencia entre un líder que es solo un espectador y uno que es un participante en el juego. Tienen mayor respeto por alguien que tiene interés en el resultado de su mensaje. El buen líder puede enviar a su gente a la batalla, pero el gran líder los conduce hasta allá, y la gente lo respeta por ponerse en la misma línea que los demás.
Para ser un líder con credibilidad, debe hacer que su vida concuerde con su mensaje. Si su carácter es incoherente con lo que dice, se acentúa la realidad de que es un farsante. En contraste, si su carácter es coherente con su mensaje, se acentúa todo lo que tiene que decir.
Y hace que todos quieran oírle.
PREGUNTA DE REFLEXIÓN PARA HOY:
¿Su carácter complementa su mensaje?

Día 5
Cómo dar vida a esta ley

ASIMÍLELA
Es cierto que un grupo de personas oirá al líder con más credibilidad entre ellos. Pero para convertirse en uno del tipo E. F. Hutton, que puede producir un impacto positivo en la vida de la gente, usted debe abrazar las siguientes verdades:
1. Los líderes se ganan el derecho de ser escuchados.
2. Los líderes deben escuchar a Dios antes de pedir a otros que los escuchen.
3. El impacto de la voz se determina por la influencia del líder.
4. El carácter del líder acentúa el contenido del mensaje.
ORGANÍCELA
Si no está seguro dónde se encuentra cuando se trata de entender y aplicar la Ley de E. F. Hutton, visite el sitio en Internet «www.injoy.com/21 Minutes» para contestar un cuestionario de evaluación de veinticinco preguntas que le ayudarán a medir su habilidad.
PÓNGALO EN ORACIÓN
Use las siguientes palabras para comenzar su tiempo de oración:
Amado Dios, dame el oído de Samuel, un oído atento. Ayúdame a callar delante de ti para escuchar tu voz dulce y apacible. Y dame un corazón puro y obediente, que me impulse a vivir una vida coherente delante de mi gente. Cuando te haya escuchado, cuando tenga algo digno de decirse, te ruego que me des gracia delante de mi gente para que pueda añadir valor a sus vidas. Amén.
VÍVALA
Si la gente desecha sus palabras, puede ser debido a un problema de credibilidad en el área de competencia o de carácter. Haga una lista de las posibles razones por las que la gente puede dudar de sus palabras. ¿En qué área se encuentran? ¿Qué va a hacer para comenzar a fortalecer su credibilidad en estas áreas a fin de mejorar su capacidad de ser un E. F. Hutton?
DIVÚLGUELA
¿Qué concepto, idea o práctica específica de liderazgo que ha aprendido en esta semana transmitirá a otro líder en los próximos dos días?